La verdad es que siempre he sido un master muy perfeccionista y maniático. Sigo de cerca ese proverbio japonés que dice "si dejas algo a la improvisación, será porque a fallado la planificación". También podría decirse poseo cierta vocación de escritor de rol, así creo que en esa última línea de pensamiento enfocaré esta pregunta tan ambigua.
Ahora, mirando en retrospectiva, me doy cuenta que ese sueño de escritor rolero es algo que muy probablemente me vea incapaz de cumplir. Ya sabéis, falta de tiempo, de medios y sobre todo, falta de imaginación y la suficiente voluntad como para apretarme los machos y escribir de manera continuada, aún a sabiendas que esto del rol no deja dinero.
En ese sentido, he conseguido pocos éxitos remarcables que puedan ser considerados críticos, pero sí algunas pequeñas satisfacciones personales.
Aparezco de pasada en los créditos de Lady Blackbird de la editorial ConBarba, uno de mis minijuegos favoritos, por haber redactado la primera (y pésima) traducción del juego a partir de la cual ellos elaboraron la suya.
Lady Blackbird está disponible en castellano y de forma totalmente gratuita en la página de la editorial ConBarba |
Salgo en los agradecimientos especiales de la Marca del Este (en la caja verde), por haberles enviado un sistema de habilidades que luego les ayudaría a contruir el suyo propio; aunque bien es verdad que lo que sacaron al final, poco se parece al sistema de éxitos gradual que les propusiera en primera instancia.
¿Y por qué no tengo nada para su caja roja? Pues recuerdo haberles mandado algunas cosillas adicionales para aquello. Por desgracia, mi aventura de iniciación, con cierto regusto al videojuego Tower of Doom y que en principio pesaron en incluír en esa caja quedó guardada en el cajón en favor de otras mucho más testeadas.
La caja verde, ¿para cuando una versión a color en castellano? |
En otro momento de mi vida rolero tuve la mala suerte de colaborar con la extinta editorial OK Games dónde nos engañaron, nos prometieron un contrato y nos estafaron, mientras trabajábamos en la redacción de un juego de rol de fantasía oscura que nunca terminaría por ver la luz. Un episodio bastante lamentable, del que me hubiera gustado por lo menos, recuperar el borrador de todo cuanto escribimos el resto de redactores y yo.
Si alguno de ellos me lee y aún lo conserva, me encantaría que me lo pasase aunque sólo sea por releerlo y pasar un buen rato con todo lo escrito.
Supongo que me dejo lo mejor para el final: El Hecho de ser colaborador habitual del boletín de Igarol, muy probablemente la mejor y más antigua página de Warhammer que existe en castellano. Y no lo digo por ser uno de sus administradores (en realidad todos los méritos corresponden al camarada Igest), lo digo porque es un hecho, una realidad cuantificable.
Juntos, esta comunidad a acometido muchísimos logros en los últimos tiempos, incluyendo la traducción y publicación gratuita de varios libros de la segunda edición de Warhammer que nunca fueron editados por Edge (¡Gracias Nelly!). No obstante, mi suerte siempre va acompañada de cierta contrapartida amarga que me impide disfrutarla del todo. Hubo que retirar esos libros de lulú a causa de las políticas de copyright...En fin, hasta aquí, mis críticos a día de hoy. No son demasiados ni tampoco demasiado importantes, pero al menos espero que su lectura os halla servido a modo de distracción.
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