Umm...Ahora que lo pienso, quizás la sesión más larga que nunca haya jugado vino a durar, pues unas cinco o seis horas, más o menos. Se trataba de una partida que dirigía a Reinos Olvidados, dónde los jugadores debían enfrentarse a una conspiración urdida por los Príncipes de Umbra. Algo relacionado con la derrota de los Fhaerimm tras la vuelta de la ciudad voladora Nezherina.
Los jugadores se hallaban inmersos de lleno en el conflicto y en ese momento, registraban un antiguo dungeon bajo el Desierto de Anaurokh en busca de información tratando de beneficiar a la conspirativa alianza de Eternoska, cuando de pronto los muertos del Gran Imperio de Netheril se alzaron desde sus tumbas de arena.
Los habitantes vivos del Desierto de Anaurokh son duros como un clavo en un ataúd. Imaginad a los que no lo están. |
Los aventureros, que habían comenzado su andadura a nivel 1 eran ya de nivel 10. La verdad es que todavía no sé cómo tuve cojones de sacar adelante una campaña así de mi puño y letra, al mismo tiempo que intentaba terminar la carrera. La tarde dio paso a la noche mientras mi jugadores trataban de escapar de la amenaza de los innumerables zombies y las horribles trampas de rigor. Terminé afónico y físicamente exhausto, pero mereció la pena y nos divertimos un montón. Los muertos contaba con la ventaja del número y la codicia de los aventureros, que casi se me mueren enterrados vivos por ser demasiado incautos.
Los nuevos Reinos Olvidados puede que estén bien, pero para mí su imagen siempre quedará asociada a AD&D y la saga de Baldur |
Otra de las partidas legendarias fue la del Contrato de Oldenhaller. Duró más de lo normal, también en parte, porque el director tuvo que entretenerse mucho en redactar los personajes uno a uno y explicar el cómo y por qué de cada estadística. En cualquier caso, terminamos la partida en otras seis horas después de un apasionante desenlace de muerte a tocateja que ya tuve ocasión de comentaros en entradillas anteriores
En cierto modo, hecho de menos partidas así, pero a día de hoy, no estoy seguro si me gustaría repetir un esfuerzo semejante como director. Supongo que si el climax lo requiere, uno aguanta el tirón hasta el final, pero estas no son cosas que yo planee de antemano.
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