viernes, 9 de octubre de 2015
La Ciudad de los Cielos: Un gancho de aventura para Ryuutama
Muelle Hocicazo, con su crepuscular palacio al borde del reino celestial, sus frágiles puentecillos barrocos y sus turbinas de cristal líquido flota al sur de una pequeña península sobre el océano.
Pequeños barcos voladores conectan los puntos más alejados de la Villa mientras enormes zepelines transportan bienes y otras riquezas hacia el norte, hasta las arterias comerciales del país.
La propia fuerza del viento empuja la suciedad de una creciente industria de astilleros, y por sus tuberías de plomo cae al vacío, mientras que los mástiles de atraque y los engranajes de las maquinarias se alzan por doquier, entre cabos y pasarelas de aspecto inusualmente marinero. A causa de la falta de espacio, la mampostería de los edificios en Muelle Hocicazo suele ser de (mucha) madera y (discretos) sillares de piedra bien entramados, con balconadas y buhardillas aferradas hasta el más mínimo resquicio posible.
Edificios más importantes, como el Templo de Babel o el Palacio de los Gremios presentan un estilo mucho más recargado y luminoso. Impresionantes torreones y membrudas bóvedas de intrincados diseños. También pueden verse algunos muros de piedra blanca que, jalonados de chimeneas, son apenas un lujo exclusivo para las mansiones de las clases más altas.
Antes de que existiera Muelle Hocicazo todo el comercio hacia el norte de Valentia debía atravesar forzosamente, las lentas y peligrosísimas rutas terrestres. Muchas caravanas se veían obligadas a bordear la costa para evitar el hecho de tener que atravesar las Tierras Salvajes y el Bosque Durmiente. Años después, los constructores de barcos voladores de Muelle Hocicazo refinaron sus destrezas y pronto, los mercaderes descubrieron que resultaba mucho más lucrativo enviar sus mercancías a través de los cielos, desde Muelle Hocicazo hasta Noctámbula.
Las cosas iban bien para Muelle Hocicazo hasta que algunos barcos comenzaron a desaparecer en su trayecto hacia el norte, no de forma excesivamente frecuente, pero si lo suficientemente como para suponer una pequeña preocupación. Las cosas pasaron a ser una ENORME preocupación cuando el barco que transportaba la medicina para el hijo del Duque se desvaneció en las profundidades celestes. Desesperado, Lord Ruris acaba de ofrecer una sustanciosa recompensa para aquellos que logren encontrar respuesta al misterio de estos sospechosos actos de piratería y traer de vuelta las 3 Colas de Hada Somera que su hijo necesita con premura.
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