sábado, 17 de febrero de 2018

¿La madurez del rolero? Chi lo sa...

Hoy sábado, y sin grandes planes de ocio callejero, tengo ganas de sentarme cómodamente en el sillón, con uno de esos mai tai de los que prepara Pedro Gil y contar algo mío. Porque en estos últimos tiempos, creo que este blog a venido actuando como una especie de medium, dónde  otros eran los que hablaban, mientras que yo me limitaba a actuar como catalizador, alguien que verbaliza lo que piensan los demás.

Esta mañana, andaba yo pensando en cuantos juegos de rol he comprado durante el pasado 2017. Digo juegos, no suplementos. Y revistando un poco mis estanterías encuentro con que sólo he comprado el Adventurer, Conqueror, King. También he comprado algún suplemento más para juegos que ya poseo, pero en total son cosas que pueden contarse con los dedos de una mano, y técnicamente el ACKs ha sido un regalo de reyes, por lo que si nos ponemos así, comprar, lo que se dice comprar, no he comprado ningún juego...Al menos no directamente.

No sé muy bien cómo expresar lo que quiero decir, pero creo que a estas alturas, me encuentro a menos de diez libros de dejar de comprar rol en absoluto.

En otras palabras, creo que he tenido suficiente.

Ya no encuentro satisfacción en coleccionar rol, lo cual no quiere decir que no me guste el rol. Es sólo que mi epicentro sobre cómo disfruto del hobby se ha desplazado hacia lo que escribo, mis traducciones, tonterías varias, y el hecho de disfrutar más de los juegos en sí, que atesorando libros.

Alguien dijo una vez, que la patria de un hombre es su infancia. De igual modo, entiendo que el deseo de coleccionar, al menos en mi caso, aflora a su vez, un cierto deseo de resistencia al tiempo, el hecho de querer retener el pasado, de mantener la memoria de tantos y tan buenos momentos divertidos, muchas veces con gente que ya ni siquiera está.

Lo que se colecciona, guarda también relación con la personalidad que hay detrás de la colección y tus propias fantasías, la carga emocional que te proporciona tu colección y la respuesta, a veces nostálgica o asociativa, de los objetos que posees en tu haber.

Alguien dijo alguna vez algo así como "dónde fuiste feliz alguna vez, no deberías volver jamás".

...Y creo que lo he entendido.

Prefiero quedarme fabricando cosas y aprovechar todos esos libros que largo tiempo he estado acumulando. Es hora de estirar un poco las piernas y terminar este ciclo para comenzar otra cosa; porque sólo cuenta lo emotivo, lo concreto, y lo sistemático no interesa. Nada de eso tiene sentido. Porque coleccionar rol sólo por tenerlo me parece tan irreal como soñar que coleccionas y posees juegos de rol.

Y ya...

6 comentarios:

  1. Pues adelante con la etapa de fabricación!!

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  2. Madurez seguramente ¿del rolero? No tiene porqué. Lo explico: rolero es el que juega a rol, y coleccionista el que colecciona cosas. Hay roleros que no son coleccionistas (de rol, se entiende) y coleccionistas que no juegan a rol. Tu caso era el de jugador-coleccionista (o coleccionista-jugador) pero ahora lo único que vas a hacer es dejar de coleccionar, por lo que sigues siendo rolero. La madurez rolera lo veo más otra cosa; saber que lo importante es divertirse y/o la amistad, que no hay guerras de sistemas, que D&D sí es rol y esas cosas, pero si dejas de coleccionar no creo que sea porque hayas madurado en el rol, si no en la vida. Y curiosamente hay gente que empieza a coleccionar por el mismo motivo por el que alegas dejarlo; por pura nostalgia. En fin, que tires muchos dados y juegues mucho que para mí es la esencia de jugar a rol. Por cierto, yo soy rolero no coleccionista, por si había alguna duda. 😂😂😂

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