Hace más de mil años, durante el auge de la ciudad de Felstad, un poderoso hechicero orientó sus estudios hacia las artes oscuras. Buscando conocimiento en libros prohibidos y en los pergaminos de algún loco, experimentó en su mazmorra hasta descubrir el pavoroso secreto de la vida más allá de la muerte. Valiéndose de sus nigrománticos poderes, logró arrancar su alma de su cuerpo, forzándola a albergarse en su marchito cadáver. Desde aquel instante quedó convertido en una criatura de la muerte, un Lich de enormes poderes mágicos. Y así, dejando a un lado su antiguo nombre, se hizo llamar el Lord Lich, y quiso gobernar sobre los muertos inquietos.
Más el recién creado Lich tuvo poco tiempo para transformar
sus palabras en actos. Apenas unos días después de su metamorfosis, la Gran
Tormenta asoló la ciudad. Desprevenido ante el cataclismo, el Lord Lich apenas
pudo retirarse al interior de su indestructible sarcófago donde aguardaría a
que la tormenta amainase. Sin embargo, la tormenta nunca cesó – continuó durante
días y luego durante semanas - Y a pesar
de que el Lord Lich permanecía a salvo en su ataúd, la terrible tormenta
congeló su improvisada prisión, sellándole y enterrándole junto al resto de la
ciudad.
Sepultado bajo
incalculables toneladas de nieve quedó olvidado en un infierno blanco y
atemporal…Hasta que las tinieblas volvieron una vez más a avanzar sobre el
mundo.
Thaw ot the Lich Lord, que traducido queda algo así como El
Deshielo del Lord Lich es el primer suplemento de campaña para Frostgrave,
apenas 60 páginas a razón de diez euros en Book Depository y en tapa blanda,
tal y cómo acostumbran a hacer en Osprey con otras publicaciones de sus
diferentes líneas, con un precio discreto y sensato.
Como siempre, las ilustraciones de Dmitry Burmak son una de las señas de calidad de la casa. Las encontraréis en más cantidad y mejor calidad que otros suplementos más caros que este. |
El grueso del material expresado en sus páginas se basa
sobre la premisa de una campaña narrativa para su juego de escaramuzas de
miniaturas, algo muy interesante que otras compañías como Games Workshop parece
haber olvidado. Y es que una importante
base de jugadores ha puesto sus ojos en este estilo de luego, ya no sólo en lo
que se refiere a Frostgrave, sino que es algo, que todo el movimiento
Oldhammer, viene reclamando desde hace tiempo. Aun así, se me hace raro pensar
en toda una campaña contra un enemigo como el Lord Lich, cuando realmente los
que se pegan de tortas en todos los escenarios son los de siempre, bandas
contra bandas de mercenarios y hechiceros, luchando por saquear el tesoro de la
ciudad en ruinas. Tal vez hubiese sido un giro de tuerca mucho más atrayente
plantear el argumento de forma asimétrica, por ejemplo, con varios hechiceros
cooperando, y un jugador manejando al Lord Lich o sus secuaces en el transcurso
de los distintos escenarios, atesorando poder para su inminente resurrección.
De hecho, cuando vi las primeras fotografías de las nuevas miniaturas del cultistas lo primero que pensé es que vendrían reflejados como un nuevo “tipo de banda” en este suplemento, con diferentes perfiles y capacidades, como ocurre con el caso de los mercenarios del manual básico, pero no es así. De manera que incluso todo este trasfondo puede ser obviado por los jugadores, dedicados a atizarse mamporros entre ellos y desvalijar, haciendo de la presencia del Lord Lich poco más que algo testimonial.
En cualquier caso, siempre está bien que haya un argumento, aunque sea traído por los pelos. Porque, ¿qué sentido tiene que peleen dos ejércitos (o en este caso dos bandas), si ni siquiera sabemos por qué pelean? Pues bien, en este libro encontramos diez escenarios que sumar a los diez básicos que ya encontrábamos en el manual básico. Quizás el hecho de encontrarnos con una serie de partidas con un argumento bien traído solapa un poco otras carencias del manual como, por ejemplo, la ausencia de perfiles para diferentes razas, tablas de experiencia para nuestros mercenarios, etc. Si es de agradecer el hecho de que hayan tenido en cuenta que muchos de nosotros no disponemos en casa de una enorme cantidad de escenografía, pues observo que con un poco de imaginación buena parte de lo que hayas invertido en emular los diez escenarios del manual básico puedes reinvertirlo en estas diez nuevas situaciones. Aun así, algunos de los combates que proponen, (un río helado con barcos semisumergidos o un castillo en el cielo), pierde algo de interés al trasladarlos a mesas más sencillas, a pesar de que sus reglas especiales sigan siendo curiosas y extrapolables a mesas más frugales en ese sentido.
A la campaña la completan una serie de nuevos mercenarios (cuatro, tampoco se han matado a poner profesiones), pero no muchas nuevas razas. Curioso, ¿verdad? Estoy seguro de que un buen porcentaje de nosotros comenzamos en las miniaturas con Warhammer, y no precisamente con el ejército Imperial, por lo que todos esos semihumanos que tenemos en casa deberán esperar un poco más para aparecer en Frostgrave con un perfil propio, aunque en el libro de relatos de Frostgrave sí que se dejaban entrever algunas razas no humanas, como por ejemplo los malvados enanos negros.
Así pues, el libro tan sólo presenta a una única raza nueva
y lo hace en el bestiario, los Rangíferos. En realidad, un nombre muy elaborado
para decir “no me puedo creer que no sean los hombres bestia”. Huelga decir que
el diseño de las nuevas minis de estas hermosas creaciones parecidas a renos es
más feo que un calambrazo en las pelotas, aunque para compensar, a éstos le
acompañan otras nueve criaturas en el bestiario, si bien es verdad que todas
ellas están muy centradas en la temática de no-muertos que rodea a Frostgrave,
por lo que, si anteriormente tenías un ejército de Condes Vampiro, lo vas a
tener mucho más fácil para utilizar tus propias minis que por ejemplo yo, que
siempre fui jugador de enanos.
Por último, todo esto viene sazonado por una serie de nuevas
opciones, (tres hechizos, dos de ellos nigrománticos), y una veintena de
objetos mágicos que cierran un suplemento aceptable, pero mucho menos ambicioso
que las ideas que se plasmaron en el manual básico, por cierto, con un número
de páginas parecido.
Pros:
-
Más barato que la carne de gato, aunque el
material no sea todo lo que esperábamos.
-
Aporta algunas ideas sugerentes que puedes
emplear al diseñar tus propios escenarios.
-
Es la antesala del esperado suplemento de
dungeons del próximo julio.
Contras:
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No muertos, no muertos y más no muertos, si no
te gustan los no muertos, este no es tu suplemento. ¿Hay vida después de la
muerte? Según este manual, no.
-
Material correcto, aunque algo modesto.
-
Evita tocar algunos temas que sí pedían a gritos
una suculenta mejora.
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