martes, 4 de noviembre de 2014

El Desafío de los 30 días: ¡Día 4!



¿Qué consejo le darías a un máster que fuese a dirigir su primera partida?

Ummm, tal vez sólo uno: Recuerda que la diversión no es importante, ¡es lo más importante! Las reglas, la ambientación o el módulo que lleves preparado bajo el brazo (porque imagino que algo habrás preparado de antemano), siempre quedan supeditados a la diversión.

Odio poner música en mis partidas, ¡lo odio!, pero no diré que no a alguien que toque el arpa o la flauta nasal

Ahora bien, dicho esto, que es lo más obvio y que debe quedarte grabado a fuego en el subconsciente, hay dos o tres cosas que siempre me han funcionado bastante bien. Con esto no quiero decir que sean la biblia del buen rolero; lo que quiero decir es que a mí me han funcionado, aunque puede que a ti te vaya mejor de otra manera, en cualquier caso prueba a ver que tal, y luego me cuentas el resultado:
  
No leas. Un buen director no lee. Describe, improvisa, narra a tu estilo y conviértete en los ojos y los oídos de tus aventureros, pero por lo que más quieras, ¡no leas!, porque el contacto visual con tu grupo y el mensaje no verbal que transmitas son muchísimo más potentes, y aportan muchísimo más al trasfondo de una partida, que una descripción muy pensada, pero narrada como si fuese la biblia. Además, tienes multitud de posibilidades en formas de chuletas, pantallas, guiones y partes del módulo que ya habrás memorizado, aunque sea por encima, así que leer es la excusa de los vagos y cobardes. La experiencia es un grado en este sentido, así que no te preocupes si no te sale bien a la primera, porque nadie nace sabiendo y recuerda que estás entre amigos. La mejor manera de combatir los nervios cuando estás dirigiendo frente a gente que no conoces parte de una buena preparación previa, así que intenta trabajar en casa no sólo el contenido de la partida, sino también cómo la expondrás sobre la mesa.

Un buen director no es Legal Bueno o Caótico Malvado, no es más es un simple árbitro, un mudo testigo del destino que, como la propia naturaleza, trata a todas las cosas con absoluta imparcialidad.

      Los detalles molan. Las notas y pistas en una partida de investigación, los sonidos de un dungeon, la interpretación de los personajes no jugadores, presta atención a todo eso, pero no dejes que los pormenores te detengan. La claridad debe siempre primar sobre el virtuosismo. Entiendo que el término medio es complicado de alcanzar las primeras veces, pero cualquier cosas que propongas en ese sentido siempre será mejor que no tener nada dispuesto. Céntrate en las ideas principales e incide sobre ellas, como diría Gary Chalk, cuanto más ameno y más impactante, mejor, porque captar la atención de tu público es importantísimo.  Como dije en el apartado anterior, la experiencia es un grado, lo cual nos lleva a nuestro siguiente consejo.

      - A dirigir se aprende dirigiendo. Cada maestrillo tiene su librillo y encuentra la comodidad conforme adquiere experiencia. Entonanción, gestos, la seguridad en tí mismo son cosas que se aprenden. Si tu primera partida sale mal, no te desanimes y sigue intentándolo. Se gana mucho más analizando los fallos de una experiencia negativa que en una partida que te sale de potra (como la mía del Doom que contaba algunas entradas atrás). Aprende a disfrutar aprendiendo. El 90% de los directores han adquirido lo que saben por puro ensayo y error, así que tranquilo y mucho ánimo, porque siempre que no sepas que hacer, ya habrá alguien que haya dirigido algo por el estilo a quien consultar, ya sea en tu grupo o por internet…¡Ay! Si yo te contara como eran las cosas antes de que llegara internet…

2 comentarios:

  1. No leer, no leer. ¡Por fin alguien que piensa como yo! La de veces que he visto o jugado una partida con un máster que lo estaba bordando... hasta que coge el módulo y empieza a leer un párrafo interminable con voz monótona.

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    1. Le tengo mucho coraje a esos módulos con fragmentitos para que el master lo lea. Esa forma de diseñar aventuras es lo que nos ha viciado: No me pongas párrafos, enseñame consejos y dame herramientas para que yo pueda aprender a narrar bien la situación, porque fuera de esos párrafos, voy a tener que narrar e improvisar mucho. Es más constructivo aprender a defenderte con otro tipo de muletas y trucos que en lugar de tratar de emular a Tolkien, porque lo que hace el master no es escribir una novela, es narrativa tensional, que es una cosa bien distinta. Pero de eso intentará hablar un poco más adelante.

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