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domingo, 9 de noviembre de 2014

El Desafío de los 30 Días: ¡Día 10!



 Los roleros comemos (MAL). A veces comemos bien (MAL), y otras veces comemos porquerías salidas de vete a saber que agujero oscuro, profundo y ignominioso (PERO NO EN MI CASA). Dinos un menú para antes de una partida.



Una pregunta que no me da juego. Como dije el año pasado, discrepo totalmente sobre comer antes o durante las partidas, tanto como discreparía un cavernícola con una ametralladora. A veces compramos patatas y tal, pero ello no es compatible con la integridad de las hojas de personaje y mis libros, así que se come en otra mesa y durante los descansos. Y es que libro que se ensucie, jugador que muere, (no, su personaje no muere, muere él). A su personaje lo sodomizan con piñas en los infiernos. Tengo muy mala suerte con eso, porque el libro que más cuido es siempre el que primero se estropea. Menos Warhammer. El manual de la segunda edición de Warhammer debe estar hecho de algún materiar de contención atómico que por más tralla que le meto, se conserva como el primer día.


En caso de fusión del núcleo, colocar sobre el pecho

En mi vida como coleccionista he aprendido dos o tres cosas sobre los libros por la vía de los hechos, como por ejemplo que guardar manuales en una cesta de mimbre sobre el frío suelo de piedra, con una humedad que te corroe los huesos es mala idea. Dejar los manuales cerca de la cocacola abierta o junto a la chimenea es otra. Cosas de la juventud, supongo.


2 comentarios:

  1. XDDDDDDDDDDDDDD

    Si. El manual de Warhammer debe de ser de otra pasta, porque no es normal.

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    1. Tiene que estar hecho de piedra de disformidad por lo menos, eso explicaría por qué me pica el pecho cada vez que lo uso de chaleco antibalas XD.

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