Páginas

martes, 9 de octubre de 2012

Dark Woods of Avalon (Ambientación, parte I)


A causa de mi mudanza, buena parte del material que poseía sobre mi idea de Dark Woods of Avalon se ha quedado por el camino. No obstante, sí que dispongo de suficientes cosas como para ir tirando someramente con lo que hay.

A continuación, me gustaría mostraros en varias entradas, un pedacito de lo que he ido construyendo respecto a la ambientación. 

Aquí hay Dragones, Parte Primera, (Una brevísima introducción a la ambientación de Dark Woods of Avalon)
  
Podría aburriros, querido lector, con largas disertaciones y sofismas sobre el planeta Elicia (el lugar sobre el que se asientan las tierras de Avalon), sobre si su tamaño es tres o cuatro veces más pequeño a ese otro al que llamáis Tierra, y sobre si el sutil ángulo de inclinación del plano de la existencia sobre el que orbitáis, impide la posibilidad de que podáis vernos con claridad.

Esta pequeña “luna” que vigila vuestro displicente paso en el firmamento, posee la peculiaridad de discurrir de forma que una de sus caras permanece siempre en la más absoluta oscuridad, de manera que disculpad si cuando utilizo el término “criaturas de la noche”, lo haga de un modo, más bien pragmático.

  Como imagino que habréis deducido de la existencia de una cara oculta, en nuestro planeta no existe aquello que llamáis estaciones. 

Nuestro clima, en cierto sentido, posee un lejano parecido con el que existía en vuestra Tierra mucho antes de que vosotros la habitarais. Violentísimas trombas de agua y tormentas de inusitada ferocidad forman parte de nuestra vida cotidiana, además de terremotos y otros fenómenos telúricos sumamente alarmantes, que conforman el paisaje de un mundo aún joven en comparación al vuestro.

 Al menos nosotros supimos desde el principio, que nuestro mundo NO era plano, ¡vano consuelo!.

Las tierras de Avalon, como podéis ver en el mapa que se halla sobre mi mesa, se encuentran situadas al borde de la cercana Oscuridad. Nuestra patria es verde y hermosa, lejanamente similar a las islas del folclore tradicional gaélico, aunque mucho más cruel; cargada de magia e historia, y salpicada de románticos acantilados en casi todas sus costas.

Umbríos monumentos megalíticos y otras construcciones de piedras jalonan el solitario paisaje de este vasto país de bosques oscuros, naturaleza salvaje y sobrecogedores dragones durmientes. 

 Nuestras hacendosas ciudades, son como un escaso reducto de civilización, apenas un vergel de violentas callejuelas dónde el humo de las tabernas y los barriles de ginebra corren lejos, pero no más que la sangre de los diferentes clanes en disputa.

Pese a todo, estas ciudades son lugares dónde la ley (aunque no siempre sea la del rey, ni especialmente justa), se hace respetar, ya que como dice el refrán, “nunca llueve dentro del pub”. Sin embargo, la hospitalidad más allá de sus muros es un bien escaso, que brilla por su ausencia así como no relucen los stieres cuando la bolsa se haya vacía.

Las tierras anteriormente bajo el dominio de nuestro bienhadado Rey Roland, ahora prisionero de su hermano, y aquellas otras que le corresponden por derecho, comprenden la isla de Brithainn y la parte más al norte del cercano continente, aquella que llamamos Doriciel.  Al suroeste de Brithainn y en las cercanías del canal de Keilteach, se encuentran Lyonesse, la tierra de los hombres libres, con quien mantenemos numerosas cuitas, y al norte de ésta, se halla Caerfeddwidd, la Maligna y Maldita Isla del Caos, y el resto de las islas exteriores.

La zona más al norte de Brithainn queda dispuesta entre la remota región de Labrynthia, la pálida región de los lagos del norte, las Montañas del Este y la distante península de Rhiannon, ya bien entrada en la Noche. Más allá, al otro lado del Mar de los Naufragios se encuentra Thule, los remotos dominios del más acérrimo de los enemigos de Brithainn.

No sabemos mucho más acerca de lo que se encuentra más allá y lo que se sabe sobre el resto de países adyacentes es lo suficientemente impreciso como para no ayudarnos en demasía en relación con principal tema que se nos plantea...

1 comentario:

  1. No me esperaba que convirtieras el mundo este en un planeta cercano a la Tierra, se me hace chocante, XDD. Igual cambiaría en ese relato el término de planeta por algo que suene más medieval, vamos para que mantenga el ambiente, por lo demás, un gran texto como siempre^^

    ResponderEliminar