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lunes, 18 de diciembre de 2017
Desafío de los 30 días, día 18
18.- Esa sección que casi nunca lees...
Todo director debería leer al menos una vez el manual a dirigir por completo...También debería hacer deporte, comer al menos cinco piezas de fruta al día, no fumar, no beber...En fin, historias varias para todos los gustos.
Yo personalmente no leo la sección de introducción. Esa sección tan incómoda como innecesaria que explica qué es un juego de rol y que te pone dibujitos de los dados. También suele incluir un ejemplo de partida y un glosario sobre la terminología usual del juego. Eso normalmente me lo suelo saltar, salvo que contenga algo muy inusual.
También omito los relatos. Lo siento, pero no puedo con ellos. Me supera que me quieran contar una historia de cinco o seis páginas antes de comenzar a meternos en faena. No me interesan. Cuando quiera ver una película ya si eso iré al cine o lo que sea. Supongo que hay mucha vocación de literato frustrado entre diseñadores de juegos, porque siempre te intentan colar a ese pequeño Tolkien que lucha por salir del armario y que está ahí para joder lo que te importa del libro.
El resto de cosas es difícil obviar leerlas, salvo que seas uno de esos directores que va aprendiendo a jugar e improvisando sobre la marcha sobre aquello que no conoce. Si eres uno de esos, que sepas que me caes gordo. Es verdad que a jugar se aprende jugando, ¡pero no tan al pié de la letra!
Puedo entender que haya gente a la que le pueda la inmediatez y la impaciencia por empezar a jugar, porque hay cosas que le gustan del libro y quiere ponerlas en práctica de inmediato. No es mi caso, aunque hasta cierto punto, creo que todos hemos cometido algunos errores respecto a eso. ¡Y el que diga lo contrario, elijo duelo a pistola a las dos!
Raras veces, el placer de disfrutar de la lectura de un juego de rol va de la mano de la calidad del propio juego. En tal caso, una vez terminada la primera lectura, seguramente se me apetecerá volver a la sección de introducción e incluso si me parece un libro excepcional, le dedico tiempo a los relatos. No muchas veces se da el caso, si bien creo que a estas alturas es necesario que los manuales que me meto entre pecho y espalda sean evocadores. Una de las cosas que tiene haber estado tantos años coleccionando rol es que existen pocas cosas que todavía consiguen llamarte la atención dentro de tus géneros favoritos, por lo que no llevo muy bien esa clase de libros que se dedican a exponer las reglas como si fueran un manual de usuario.
Y ya está. Si queréis saber cuales son los pecados del resto de participantes del desafío, podéis disfrutar de sus confesiones en el siguiente listado.
Mañana mismo, ¡más cosas!
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