La banda de los Cobras tiene cinco miembros: Blood (un ex-boxeador inspirado en Mike Tyson), Hawk (Hulk Hogan), Boomer (basado en Jean Claude Van Damme) y Sledge (un militar exconvicto que básicamente es Mr. T). Un día, Kate, la protegida de Hawk, es secuestrada por los Dead End con la intención de tender una emboscada a sus adversarios. Con semejante surtido de mostrencos callejeros, ya podéis ir poniendo velas a la Cofradía de la Santa Paliza.
Detalle de la intro, al más puro estilo de The Warriors. |
A mi entender, Vendetta es en lo jugable, el mejor beat 'em up que se ha hecho nunca en recreativas, en una gigantesca evolución y mejora de la misma placa utilizada por Konami para su arcade de los Simpson.
Lo primero que salta la vista es que la máquina posee unos controles atípicos: Un botón para los puñetazos, otro para las patadas, y pulsando los dos a la vez, tu personaje arrea un sopapo en salto.
Existen unas cuantas variables más, como el hecho de poder repartir cera a tus enemigos caídos (o desde el suelo cuando eres tú el que está mordiendo el asfalto), además de diferentes agarres según la postura en la que aferres a los macarras de turno y algún que otro golpe fuerte pulsando el joystick en la dirección adecuada. Sin embargo, cuando consigues hacerte a la idea de que el segundo botón no se usa para saltar, y que pulsar los dos no supone desencadenar un especial, de esos que te quitan un poco de vida y salvan la situación, te das cuenta de que este es un sistema prácticamente perfecto, y el número de combinaciones posibles es asombrosa si hablamos de 1991.
Buzzsaw Bravado, el primer boss, empuña una sierra circular y nos recibe al grito de "Ok, let´s rumble!". En su momento sorprendía un poco la violencia del juego, incluso para ser un beat 'em up. |
Vendetta es la secuela directa de Crime Fighters, y parte de la trilogía compuesta por los dos títulos anteriores además de Violent Storm, siendo el juego más acertado de los tres. Por desgracia este es un arcade tristemente censurado en occidente, a tenor de unos lascivos enemigos vestidos de cuero en plan S&M que aparecía en la tercera fase, y cuya intención era sobarte y darte lengüetazos en la oreja. En nuestro país, estos tipos fueron sustituidos por tíos con cadenas, sin embargo, nadie objetó nada sobre que nos liáramos a mamporros contra la típica dominatriz a la que podíamos arrebatarle el látigo...Un poco en la línea de la polémica de Poison en Final Fight, que Capcom terminó convirtiendo en transexual. Absurdo. Como toda la censura en aquellos tiempos.
También había perros intentando sodomizarte, pero vamos a dejarlo estar.
Hoy en día es impensable este tipo de humor políticamente incorrecto. |
Respecto al sonido, entre los créditos finales encontrábamos a Michiru Yamane, muy famosa por sus composiciones para Castlevania, lo cual explica el maravilloso ritmo ochentero en estéreo amplificado que nos acompañaba durante nuestro sangriento periplo en el que podían participar hasta cuatro jugadores simultáneos, (aunque en el salón de mi barrio siempre había algún mando roto).
El malo maloso haciendo su aparición estelar. |
Lo mejor nos lo reservaban para el final, cuando le calentábamos la oreja a Faust (armado con la clásica metralleta del jefe final, como mandan los cánones), pues en un epílogo en la misma filosofía de mala leche que Ghost and Ghouls, todos los bosses resucitaban y debíamos enfrentarnos a ellos una vez más si queríamos escapar vivos del rescate de nuestra querida Kate.
Es una pena que Vendetta nunca recibiese ningún port para consolas domésticas, porque es un magnífico juego con una gran banda sonora y una variedad de situaciones realmente fuera de serie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario