Es bastante inusual que yo escriba una reseña de una novela, ¡pero es
que la Saga de Geralt me gusta muchísimo!, y llevaba ya demasiado tiempo esperando
a este libro en concreto.
Voy a intentar contaros algunas cosas que no resulten demasiado
reveladoras, al tiempo ofrezco mi opinión desinteresada sobre el tema -¡difícil
tarea la que me espera!-.
Y bueno, lo primero que me ha llamado la atención es el
léxico. Porque en los primeros capítulos tengo una impresión que ya venía arrastrando
desde los retrasos de las últimas novelas anteriores, cuando José María Faraldo
se vio un pelín sobrepasado por el hecho de tener que traducir tanto y en
solitario. No sé si fue cosa del cansancio del traductor, o de las exigencias
editoriales a las que se vio sometido el propio Sapkowski, pero pienso que la
primera parte de la Dama del Lago fue absolutamente prescindible, de igual modo
que los primeros capítulos de esta novela tienen un estilo más pobre
que lo que habitualmente nos tiene acostumbrado el autor polaco.
Afortunadamente, la obra va cogiendo fuerza y finalmente
todo termina de cuadrar a la altura de las circunstancias en el apartado estilístico. Es cierto que
el autor es capaz de dibujar imágenes verdaderamente inolvidables (y cargadas de fanservice), aun cuando
lo que cuenta sean meros detalles con más o menos importancia, pero luego hay cosas
de la trama que me gustan más y otras que me gustan menos.
La historia es entretenida, pero hay cosas que Sapkowski no resuelve de manera imaginativa y que sirven tan sólo de mero pretexto para que el argumento avance. El cuento termina de un modo que hace que no sea capaz de encuadrarlo en un momento concreto dentro de la saga (y eso que conozco la versión oficial sobre dónde y en qué momento se sitúa esta novela), y pienso que hay detalles abiertos y carentes de una explicación satisfactoria, quedando todo de un modo lo suficientemente ambiguo como para que Sapkowski pueda escribir algo más cuando le apetezca. Esperemos que este hombre no la termine cagando dentro de los próximos años con otro relato movido meramente por puro afán comercial.
La historia es entretenida, pero hay cosas que Sapkowski no resuelve de manera imaginativa y que sirven tan sólo de mero pretexto para que el argumento avance. El cuento termina de un modo que hace que no sea capaz de encuadrarlo en un momento concreto dentro de la saga (y eso que conozco la versión oficial sobre dónde y en qué momento se sitúa esta novela), y pienso que hay detalles abiertos y carentes de una explicación satisfactoria, quedando todo de un modo lo suficientemente ambiguo como para que Sapkowski pueda escribir algo más cuando le apetezca. Esperemos que este hombre no la termine cagando dentro de los próximos años con otro relato movido meramente por puro afán comercial.
Luego el tío se termina metiendo en unos berenjenales
transhumanistas que no le pegan ni con cola a un relato de su corte habitual, y ello, junto con otras
salidas de tono que hacen que el libro en general, no esté mal ni mucho menos,
pero que no alcance ni de lejos, el excelente nivel de los dos primeros libros
de relatos cortos, mucho más ricos y elaborados que esta última novela.
En definitiva, lo que tenemos es una historia entretenida, recomendable, pero
que si no llevara la reputación del brujo a sus espaldas, no estoy tan seguro
de que la hubiese querido adquirir, ni de que la hubiera leído tan rápido como al final ocurrió.
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